Laura Sofía Mejía López “Herencia”





 

No fue siempre de esta manera. Ella leía hasta las cuatro de la mañana, pero no era por su juicio, era ese revoloteo constante que perturbaba su cabeza.

Al final lo heredó todo: las sombras y los amaneceres, los bloques de sonrisas y las amarguras matutinas. Confinada en el recuerdo se desnuda y siente la primera vez que vio a su padre enfermo: mi abuelo colgaba granadillas vacías al rededor de su cama, las extendía y apretaba con un hilo azul. Ver a mi madre enferma es más que un encuentro conmigo misma. Es una cercanía a lo que más le temo.